sábado, 11 de septiembre de 2010

Una decisión acertada

En los años 80 era muy común que un chico de 14 años pase todas sus tardes en el club con sus amigos y haga varios deportes al mismo tiempo.
El problema es cuando llegan los 17 o 18 años y el chico ya tiene que empezar a dedicarle más horas al entrenamiento, sobretodo, si quiere ser profesional. Y ahí llega el momento de la decisión.

Más allá de que su fama llegó de la mano del voley, Javier Weber empezó su carrera deportiva siendo arquero de River Plate hasta que llegó a la reserva.




“Me llenaba mucho más jugar al voley que al fútbol”, dice Javier Weber cuando responde por qué dejó su puesto de arquero en River y se dedicó de lleno al voleyball.
Sus padres lo anotaron en voley a los 7 años y en el fútbol empezó dos años más tarde. Hizo los dos deportes paralelamente en el club de Núñez hasta los 17 años hasta que “elegí el voley porque era por la que más pasión sentía al jugar”.

Su padre, en una nota que le hicieron en un programa de televisión dijo: “Él suda deporte” y el hermano, aunque todavía dice que se tendría que haber dedicado al fútbol, aclaró: “Hace todo bien, juega bien a todo. Te quiere comer crudo a lo que te enfrente, tiene una personalidad avasalladora”.

En las inferiores futbolísticas tuvo grandes entrenadores como Ubaldo Matildo Fillol y Amadeo Carrizo. Éste último, en una nota que salió publicada en el Diario Olé dijo: “Recuerdo que Javier tenía muchas condiciones. Es por eso que me fijé en él cuando era muy chico. Si bien no sobresalía por su altura, se destacaba por su inteligencia para ubicarse en el arco. Sabía atenazar la pelota y, cuando salía, le achicaba muy bien los espacios a los delanteros. Su padre me pedía que le enseñara los secretos del puesto, y yo le decía que iba a llegar lejos en lo que se propusiera”

Ya había logrado llegar a la reserva de River y era suplente de Goycochea pero eso no le impidió tomar la decisión correcta cuando tuvo que hacerlo.

Desde el año 83 se dedica de lleno al voley, el deporte que él eligió y llegó lejos. Y eso que expresó Amadeo se iba a hacer realidad. Pasó por 13 clubes en su carrera. Defendió los colores de varias instituciones locales como River y Vélez y también se lució en Italia, Brasil y Grecia. Por cada lugar por el que pasó consiguió títulos.

En el 85 llegó a la Selección Nacional. Fue durante siete años capitán de ella cuando pudo, por fin, empezar a ser titular y dejar de ser el suplente de Waldo Cantor. En el 2002, luego del Mundial en Argentina decidió retirarse de las canchas para sentarse en el banco a dirigir.

Como técnico no para de conseguir campeonatos con Bolívar y, actualmente, lucha para poder gritar campeón con la Selección en la Liga Mundial o en Italia 2010.

Quedó en la historia del voley como jugador por ser parte de la generación del 82 y por conseguir la medalla de bronce en Seúl 88. ¿Podrá seguir siendo parte de la historia levantando la copa del mundo como entrenador y definitivamente poder decir que fue la decisión correcta elegir el voley?

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