El hombre que sobrevivió a las adversidades

Elegido como uno de los tres mejores técnicos del siglo XX de voley y responsable de un equipo invencible, aquella selección italiana de la década del noventa, Julio Velasco es uno de esos hombres que todavía no ha sido reconocido en el ámbito deportivo por su extensa lucha, no solo dentro de un estadio, sino también fuera del mismo.

Fue limpiavidrios, hasta militante del Partido Comunista Revolucionario, pero sintió en carne propia el proceso militar. “Estudiaba filosofía, trabajaba en el Colegio Nacional y me faltaban seis materias para terminar la universidad y ser profesor de escuela. Había sido activista estudiantil por eso me mude a Buenos Aires y me escondí. Mi hermano no hizo eso: como no realizaba ninguna actividad política creyó que podía estar tranquilo, pero fue secuestrado y torturado por un mes y medio. Por suerte es uno de los que lograron salir". Algunos de sus amigos no corrieron la misma suerte. Miguel Lombardi de Universitario y "Bocha" Di Salvo de Estudiantes, desaparecieron durante esa oscura etapa.



A Velasco esta situación no lo doblego, le permitió conocer el voley como un cable a tierra, una fuente de salvación. “El voleibol me rescato del horror. Me salvó no sólo desde el punto de vista económico y profesional. Fue lo que me permitió mirar para adelante, en lugar de sólo mirar para abajo."

Con la selección italiana de voley gano toda clase de títulos. Fue allí donde se erigió en una leyenda, solo le falto el oro olímpico. Italia cayó en la final de Atlanta 1996 ante Holanda por 17-15 en el quinto set. "Yo tengo la alegría de que ganamos una plata, no la tristeza de que perdimos un oro. Son los demás los que se preocupan de que me falta el oro olímpico, yo no, yo estoy muy agradecido a todo". Durante siete años transmitió todos sus conocimientos que hicieron que el equipo se transforme en invencible y recordado para muchos como el mejor de la historia. Allí gano dos Campeonatos del Mundo, cinco Ligas Mundiales, tres Campeonatos de Europa y la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996.


Hoy su nuevo objetivo es lograr con la selección española una medalla en Londres 2012. “Mis esperanzas están en los próximos cuatro años con España, que tiene cosas positivas y otras no tanto. Hay que potenciar las positivas y encontrar las soluciones para las negativas. Ese es mi trabajo".


Está claro, para Velasco no hay cosas imposibles.